La vulnerabilidad de la privacidad en Internet
Existe un millón de maneras en que Internet puede resultarnos útil, eficiente y divertido. Asimismo su potencial para la pornografía, phishers, timadores y correos basura también ha estado presente desde sus comienzos. Sin embargo, hemos necesitado unos cuantos años de convivencia para darnos cuenta de la amenaza para la privacidad que implica el hecho de que la gente cada vez tenga menos problema en proporcionar alegremente información online sobre sí misma.
En opinión de profesores de Wharton y expertos legales, las personas que entran en Internet para realizar lo que se han convertido en actividades cotidianas –enviar un correo electrónico, escribir blogs, enviar fotos e información sobre ellas mismas a sitios web de redes sociales-, no se dan cuenta de toda la privacidad a la que pueden estar renunciando. Tampoco llegan a comprender completamente hasta qué punto están invitando al engaño, la vergüenza y el daño –tal vez en décadas venideras-, cuando otras personas saquen a relucir “basura digital”. Además, expertos legales advierten que, aunque las leyes ya contemplan remedios penales y civiles en caso de uso ofensivo de la información personal, los tribunales aún no han tratado los diferentes modos en que Internet puede ser aprovechado para fines cuestionables que invaden la privacidad.
Consideremos unos cuantos ejemplos de cómo la información personal y determinados hechos pueden acabar con una vida cuando se cuelga información en la Red y todo el mundo puede verla. A principios de septiembre, un diseñador de páginas web cogió un anuncio online aparentemente real de una mujer que buscaba una aventura sexual y lo envió a la sección “encuentros casuales” del Craigslist de Seattle. Hubo 178 respuestas al falso llamamiento sexual, muchas de las cuales incluían fotos comprometidas. El diseñador luego publicó todas las respuestas en un sitio web público -incluyendo fotos, direcciones de correo electrónico y otros datos personales-, que cualquiera podía ver
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